La crítica a la oposición… y algunas propuestas.

Parte de la tarea de escribir es leer lo que los demás opinan sobre los temas que están en discusión, para evitar repetirse en exceso y sobre todo para respetar la opinión y esfuerzo de los demás, es fácil notar entonces que desde hace varios días hay una cierta crítica a lo que está haciendo o dejando de hacer la oposición.

Este es un tema que tiene ciertas dificultades para ser tratado. La primera es que es el tema favorito de muchos, por nuestra inveterada costumbre de demolernos unos a otros, especialmente a los políticos que se atreven a hacer algo. Siempre son presa fácil de cualquier crítica los que hacen algo y no los que no hacen nada. Otra dificultad es que supuestamente no se deben hacer críticas a la oposición porque según los actores eso es “hacerle el juego al Gobierno”. Y en parte, es verdad.

Pero al margen de que eso sea verdad, que uno a veces termine haciéndole el juego a quien no se lo quiere hacer, también es cierto que votamos el 6D masivamente por una opción de cambio y no para darles un cheque en blanco a nuestros diputados.

Un ejemplo que tenemos hoy sobre el tapete de discusión, es que hay la impresión de que la decisión de apoyar todas las opciones para la salida de Maduro, sin privilegiar ninguna de ellas, en especial la del Referendo Revocatorio, condujo a cierta “pasividad” o «dispersión» en exigir de forma clara y precisa al CNE que inicie el proceso que permita ejercer ese derecho constitucional y que como ahora vemos –y era de esperarse– está conduciendo a una peligrosa demora en el proceso, que puede anular la eficacia de esa opción y que eso si es hacerle el juego a la estrategia del Gobierno.

Lo que está ocurriendo debe servirnos de lección para dos cosas. La primera es que se hace imprescindible que los partidos políticos y los ciudadanos mantengan la presión política, organizada, de calle, por los medios que sean necesarios en los organismos ante los cuales se reclame algún derecho, en este caso el CNE, que forma parte de la “orquesta” o entrampado institucional del Poder Ejecutivo para anular los derechos de los venezolanos.

La segunda lección es que quienes escribimos sobre política –y los ciudadanos en general– no podemos inhibirnos de hacer críticas, del talante que sean, aunque se esgrima que eso es “hacerle el juego” al Gobierno. Por supuesto que la crítica a la oposición debe ser fundamentada, respetuosa y no debe ser personal, pero debe ser lo suficientemente contundente para que conduzca a la reflexión y a la rectificación oportuna, de ser necesario. Los líderes opositores no son de plastilina, para aguantar toda clase de embates e improperios, pero tampoco son frágiles piezas de porcelana que no resisten el mínimo impacto.

Tampoco podemos hacer el papel de “foca de circo” y aplaudir cuanta idea o frase “ingeniosa” se le ocurra a algún diputado o líder opositor, pues esa actitud nos conduciría a peligrosas conclusiones y estrategias equivocadas, como esa de que como la derrota del Gobierno el 6D fue tan contundente y preludia el fin del régimen, eso significa que el final está a la vuelta de la esquina, que es inminente y que no hace falta hacer nada más, salvo sentarse para ver que ocurra. Eso es un ejemplo de una falsa conclusión.

Creo importante manifestar en este momento que los venezolanos que elegimos una Asamblea Nacional (AN) opositora esperamos que legislen mas, sobre la infinidad de problemas que padecemos, independientemente de la posición politiquera y doblegada al Poder Ejecutivo que tome el TSJ. Obliguemos al ilegitimo TSJ a que declare «inconstitucionales» todos los derechos de los venezolanos.

Va siendo hora de enfrentar al TSJ en su mismo terreno, con las mismas armas y devolviendo golpe por golpe, por ejemplo:

  • Declarando ilegal la elección espuria de Magistrados que hizo la pasada Asamblea en la postrimerías de su periodo constitucional, con la evidente intención de desconocer el triunfo opositor en las elecciones del 6D y preparar el terreno para lo que ahora está haciendo el TSJ, que no es ni más ni menos que desconocer la soberanía del voto y la voluntad de los venezolanos para mantener el poder a toda costa.
  • Modificando la Ley del TSJ, incrementando el número de miembros de la Sala Constitucional, para romper esa mayoría ilegítima, que está tomando decisiones inconstitucionales, desconociendo a la AN y socavando las bases del estado de derecho y de la democracia.
  • Incorporando a la AN a los tres diputados del Estado Amazonas cuya proclamación fue suspendida por el TSJ, dejando sin representación al mencionado Estado, al desincorporarlos del parlamento, desconociendo la voluntad y el voto de miles de electores de dicho Estado

De igual manera es imprescindible denunciar internacionalmente, especialmente en los niveles parlamentarios, como en Venezuela se vulnera la democracia, se conculcan los derechos de los electores, de los ciudadanos y se desconoce a la AN, con decisiones ilegales, inconstitucionales, por parte de un TSJ ilegítimo y dependiente totalmente del Poder Ejecutivo.

Hoy más que nunca los ciudadanos hacemos seguimiento a la extrema y dramática situación que vivimos y la actuación de nuestros diputados y líderes de oposición. Aspiramos participar en las decisiones importantes que tenemos por delante como ciudadanos y constructores de país. Esperamos de nuestros representantes electos y los que aspiran a ocupar posiciones de conducción publica, una conducta más proactiva, con una agenda clara y efectiva para el manejo de la crisis económica, social y política; devolviendo los “golpes” que reciben; defendiendo nuestros derechos y el valor del voto, que el Gobierno atropella y menoscaba en cada acción política.

Por eso reitero, no les dimos un “cheque en blanco” a nuestros diputados y mucho menos a los líderes políticos, a quienes ni siquiera elegimos.

@Ismael_Perez

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